En medio de una era dominada por las pantallas, las prisas y la tecnología, encontrar actividades que conecten a los niños con la vida real, con la tierra, con el tiempo, con el saber esperar como algo natural, se vuelve cada vez más valioso. La jardinería es una de esas actividades que ofrecen beneficios que perduran.
Ya sea en un huerto escolar, en el jardín de casa o en una maceta junto a la ventana, cultivar plantas con los más pequeños se convierte en una experiencia mágica, educativa y profundamente transformadora. Pero ¿cuáles son realmente los beneficios de la jardinería en los peques?
Índice
Haz clic en estas preguntas relacionadas con los chalecos flotadores de aprendizaje para ir rápidamente a la respuesta:
-
- Estimula los sentidos y la curiosidad
- Fortalece habilidades cognitivas y científicas
- Promueve valores como la responsabilidad, la paciencia y el cuidado
- Reduce el estrés y mejora la salud mental
- Incentiva a una alimentación saludable
- Mejora la motricidad fina y gruesa
- Fomenta el trabajo en equipo y la conexión familiar
- ¿Cómo empezar con la jardinería con niños?
- Jardinería: mucho más que plantar
- ¿Qué juguetes de jardinería puedes encontrar en El Mundo de Mico?
Estimula los sentidos y la curiosidad
La jardinería es una experiencia sensorial completa. Los niños pueden tocar la tierra húmeda, oler las hierbas aromáticas, escuchar el sonido del agua al regar, ver cómo cambian y crecen las plantas día a día y, en muchos casos, probar lo que han cultivado. Esta interacción con los elementos naturales despierta la curiosidad y estimula el aprendizaje a través del juego y la exploración.
Por ejemplo, plantar menta, tomillo o albahaca puede generar interés en los aromas, mientras que cultivar zanahorias o fresas puede motivarlos a probar alimentos nuevos y saludables.
Fortalece habilidades cognitivas y científicas
Cada etapa de la jardinería (desde la siembra hasta la cosecha) permite aprender conceptos básicos de biología, química, meteorología y nutrición. Los niños observan cómo influye el clima, entienden qué necesita una planta para crecer y experimentan el ciclo de vida desde una semilla hasta su floración.
Esto no solo refuerza lo que aprenden en la escuela, sino que también despierta una mentalidad científica: hacen preguntas, emiten hipótesis, experimentan y sacan conclusiones. Es, sin duda, una forma práctica y divertida de aprender ciencia.
Promueve valores como la responsabilidad, la paciencia y el cuidado
Las plantas no crecen de la noche a la mañana. Y esto, aunque parezca obvio, es una lección valiosa para los niños. La jardinería les enseña que las cosas importantes toman tiempo, y que hay que cuidarlas con cariño y constancia: regar, esperar, proteger de plagas, trasplantar… todo esto refuerza el sentido de la responsabilidad.
Además, cuidar de un ser vivo (aunque sea una planta) despierta en ellos el sentido del cuidado y la empatía, valores fundamentales para su desarrollo emocional.
Reduce el estrés y mejora la salud mental
Algunos estudios han demostrado que el contacto con la naturaleza tiene efectos positivos en el estado de ánimo de los niños. Cuidar del jardín les ayuda a relajarse, a reducir la ansiedad y a mejorar la concentración. Incluso se ha observado que puede beneficiar a niños con TDAH, al ofrecerles una actividad enfocada, repetitiva y calmante.
Estar al aire libre o simplemente interactuar con elementos naturales les da un respiro del mundo digital y les permite reconectar con su entorno de forma más presente y consciente.
Incentiva a una alimentación saludable
Cultivar tus propios alimentos hace que los niños valoren más lo que comen. Al participar en el proceso de sembrar, cuidar y cosechar, es más probable que quieran probar lo que han cultivado. ¿Zanahorias que antes no les gustaban? ¡Ahora las quieren sacar ellos mismos de la tierra!
Esta relación directa entre el trabajo manual y el resultado comestible ayuda a construir una relación más sana con los alimentos y a interesarse por la nutrición desde pequeños.
Mejora la motricidad fina y gruesa
La jardinería implica cavar, usar palas, llenar regaderas, manipular pequeñas semillas y trasplantar brotes delicados. Estas acciones refuerzan tanto la motricidad fina como la gruesa. Además, es una excelente alternativa para que los niños se mantengan activos de forma natural, sin necesidad de ejercicios estructurados o pantallas.
Incluso en espacios reducidos, la jardinería les da oportunidades de moverse, usar sus manos y desarrollar coordinación.
Fomenta el trabajo en equipo y la conexión familiar
La jardinería puede convertirse en una actividad familiar preciosa. Padres, madres, abuelos, hermanos… todos pueden participar. Crear un pequeño huerto juntos refuerza los vínculos familiares, enseña cooperación y ofrece un tiempo de calidad, lejos del estrés cotidiano.
En el caso de huertos escolares o comunitarios, también se promueven habilidades sociales: los niños aprenden a compartir tareas, a colaborar y a celebrar juntos los logros colectivos.
¿Cómo empezar con la jardinería con niños?
No necesitas tener un jardín enorme para comenzar. Aquí van algunos consejos simples para iniciarse:
- Empieza con plantas fáciles y de crecimiento rápido, como rábanos, lechugas, tomates cherry, girasoles o hierbas como menta y perejil.
- Usa macetas recicladas: botellas, cajones o tarros pueden servir como primeras macetas.
- Crea un espacio especial para ellos, con herramientas pequeñas y adaptadas a su tamaño.
- Hazlo divertido: personalizar las macetas, poned nombres a las plantas, hacer dibujos del progreso.
- Integra la jardinería en otras actividades: pueden escribir un diario de huerto, pintar las hojas, contar cuántos días tarda en germinar una semilla, etc.
Jardinería: mucho más que plantar
Más allá de los beneficios inmediatos, la jardinería deja huellas duraderas. Enseña valores, mejora habilidades, fortalece vínculos y, sobre todo, cultiva la conexión con la naturaleza y con uno mismo.
Porque cuando un niño aprende a cuidar de una planta, está aprendiendo también a cuidar de su entorno, de sus emociones y del mundo que lo rodea.
¿Qué juguetes de jardinería puedes encontrar en El Mundo de Mico?
En El Mundo de Mico tenemos los modelos que más están gustando esta temporada. Son 8 modelos: 5 de la marca BTBOX y 3 de Monnëka. En cada uno de los modelos hay 3 grupos de edad: de 1 a 3 años, de 3 a 5 y de 5 a 7. Fíjate en el contorno del pecho para saber cuál es el adecuado.
A continuación te ponemos los modelos del grupo de edad de 1 a 3 años, elige el que más te guste:
Si quieres ver todos los accesorios de Jardinería, haz clic en el siguiente botón:
Esperamos haber resuelto todas las dudas referentes a los beneficios de la jardinería en niños. Y ya sabes que estamos aquí para ayudarte si te ha quedado alguna.